Los hondureños llegaron al aeropuerto internacional Juan Santamaría, ubicado en las afueras de San José, procedentes de Colombia, donde estuvieron concentrados por una semana y entrenando en canchas sintéticas similares a la del estadio Ricardo Saprissa, sede del partido.
Los jugadores y el entrenador colombiano Reinaldo Rueda subieron a un autobús que los trasladó a su hotel y no dieron declaraciones a una numerosa cantidad de periodistas que los esperaban en las afueras del aeropuerto.
Las autoridades costarricenses calculan que cerca de 3.000 hinchas hondureños estarán presentes en el estadio Saprissa, con capacidad para 20.000 personas, y hasta hoy han confirmado el ingreso por tierra de al menos 800 de ellos por la frontera con Nicaragua.
Este partido fue catalogado de "alto riesgo" por la FIFA, por lo que las autoridades costarricenses no permitirán el ingreso al estadio con monedas, baterías, paraguas, radios y pólvora, entre otros objetos que puedan ser lanzados al campo o producir fuego.
Además, cámaras de seguridad y policías encubiertos vigilarán tanto dentro como fuera del estadio el comportamiento de los espectadores.
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