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El fútbol italiano sigue infectado
30 Mayo 2012, 10:41 AM
FUTBOL SOLO FUTBOL
Otro escándalo de arreglo de partidos conocido como “Calcioscomesse” involucra Mauri y Criscito
En el preciso momento que los seguidores del fútbol
de todo mundo están pendientes del listado definitivo que presentaran
los entrenadores de las dieciséis selecciones que participarán en la
Eurocopa, el descubrimiento de una verdadera mafia ligada al fútbol en
Italia, ensombrece y avergüenza a nuestro deporte.
Una vez más, los italianos protagonizan acciones dolosas en torno al fútbol.
Ya ocurrió en 1980 cuando salió a la luz pública el denominado caso del *Toto Nero* que resultó ser una relación ilícita de dirigentes y jugadores que favorecía las apuestas ilegales.
Como consecuencia de este triste suceso, el AC.Milán como la Lazio fueron descendidos a la serie B, en tanto que Paolo Rossi, el que posteriormente se consagró campeón del Mundo y máximo goleador en el Mundial de España 1982, fue suspendido por dos años y la sombra de ese delito todavía le acompaña.
Posteriormente y todavía muy vivo en la memoria de los seguidores del fútbol, se descubrió el movimiento denominado *Calciopoli*, que era una organización dedicada a concertar fraudes arbitrales.
En esa ocasión fueron sancionados dos altos dirigentes del Juventus de Turín como Luciano Moggi y Antonio Giraudo, y le costó el puesto a Franco Carraro, el presidente de la Federación de Fútbol de Italia.
Como medida punitiva ejemplar, las autoridades decidieron quitarle al Juventus dos *scudettos* (los de la temporada 2004/05 y 2005/06), además de descenderlo a la serie B, al igual que a la Fiorentina. Al AC. Milán, por su parte, lo privaron de participar en la Champions League.
Esta delicada situación fue descubierta semanas previas al inicio de la Copa del Mundo del 2006, por lo que Italia se presentó al magno evento bajo la sombra de la sospecha y descredito.
Ahora, a diez días del inicio de la edición número XIV de la Eurocopa, se descubre y se da a conocer el *Calcioscomesse*, una red de futbolistas activos como Stefano Mauri, el capitan de la Lazio de Roma, involucrado en las apuestas deportivas, ó de Domenico Criscito, quien acaba de ser sacado de la selección italiana por este asunto de mafia dedicada a arreglar los resultados de determinados partidos, decidiendo tanto el ganador como el resultado y la diferencia de goles de los mismos.
El hecho, en sí sólo, es vergonzoso, punible e inadmisible con el agravante que están involucrados reconocidos jugadores, incluso jóvenes talentos miembros de la selección italiana.
En esta ocasión, los equipos de la serie A cuestionados son la Lazio de Roma, Génova y Lecce, además de una gran cantidad de futbolistas de Primera División.
Conociendo los privilegiados salarios que devengan los futbolistas profesionales y calidad de vida que los mismos tienen, nos preguntamos: ¿Hasta dónde llega la ambición humana…? ¿Hasta dónde puede el hombre corromperse..? ¿Cuál es el límite..?
Seguramente que las respuestas a estas interrogantes serán múltiples, pero lo cierto es que ninguna, por más sensata que sea, justificará ni limpiará al *calcio italiano* de toda esta suciedad que los propios futbolistas le están impregnando.
La situación es tal que el Primer Ministro italiano, Mario Monti, sugirió de parar el fútbol por un período de dos a tres años para limpiarlo de toda su podredumbre. Visiblemente indignado, el Primer Ministro dijo que consideraba inadmisible lo sucedido y que era necesario reflexionar seriamente sobre lo que está sucediendo en el deporte más popular de Italia.
Hace seis años, la nube de la vergüenza y el descredito no impidió que la selección italiana se consagrara campeona del mundo. ¿Será este un triste presagio de que la historia se repetirá..?
Una vez más, los italianos protagonizan acciones dolosas en torno al fútbol.
Ya ocurrió en 1980 cuando salió a la luz pública el denominado caso del *Toto Nero* que resultó ser una relación ilícita de dirigentes y jugadores que favorecía las apuestas ilegales.
Como consecuencia de este triste suceso, el AC.Milán como la Lazio fueron descendidos a la serie B, en tanto que Paolo Rossi, el que posteriormente se consagró campeón del Mundo y máximo goleador en el Mundial de España 1982, fue suspendido por dos años y la sombra de ese delito todavía le acompaña.
Posteriormente y todavía muy vivo en la memoria de los seguidores del fútbol, se descubrió el movimiento denominado *Calciopoli*, que era una organización dedicada a concertar fraudes arbitrales.
En esa ocasión fueron sancionados dos altos dirigentes del Juventus de Turín como Luciano Moggi y Antonio Giraudo, y le costó el puesto a Franco Carraro, el presidente de la Federación de Fútbol de Italia.
Como medida punitiva ejemplar, las autoridades decidieron quitarle al Juventus dos *scudettos* (los de la temporada 2004/05 y 2005/06), además de descenderlo a la serie B, al igual que a la Fiorentina. Al AC. Milán, por su parte, lo privaron de participar en la Champions League.
Esta delicada situación fue descubierta semanas previas al inicio de la Copa del Mundo del 2006, por lo que Italia se presentó al magno evento bajo la sombra de la sospecha y descredito.
Ahora, a diez días del inicio de la edición número XIV de la Eurocopa, se descubre y se da a conocer el *Calcioscomesse*, una red de futbolistas activos como Stefano Mauri, el capitan de la Lazio de Roma, involucrado en las apuestas deportivas, ó de Domenico Criscito, quien acaba de ser sacado de la selección italiana por este asunto de mafia dedicada a arreglar los resultados de determinados partidos, decidiendo tanto el ganador como el resultado y la diferencia de goles de los mismos.
El hecho, en sí sólo, es vergonzoso, punible e inadmisible con el agravante que están involucrados reconocidos jugadores, incluso jóvenes talentos miembros de la selección italiana.
En esta ocasión, los equipos de la serie A cuestionados son la Lazio de Roma, Génova y Lecce, además de una gran cantidad de futbolistas de Primera División.
Conociendo los privilegiados salarios que devengan los futbolistas profesionales y calidad de vida que los mismos tienen, nos preguntamos: ¿Hasta dónde llega la ambición humana…? ¿Hasta dónde puede el hombre corromperse..? ¿Cuál es el límite..?
Seguramente que las respuestas a estas interrogantes serán múltiples, pero lo cierto es que ninguna, por más sensata que sea, justificará ni limpiará al *calcio italiano* de toda esta suciedad que los propios futbolistas le están impregnando.
La situación es tal que el Primer Ministro italiano, Mario Monti, sugirió de parar el fútbol por un período de dos a tres años para limpiarlo de toda su podredumbre. Visiblemente indignado, el Primer Ministro dijo que consideraba inadmisible lo sucedido y que era necesario reflexionar seriamente sobre lo que está sucediendo en el deporte más popular de Italia.
Hace seis años, la nube de la vergüenza y el descredito no impidió que la selección italiana se consagrara campeona del mundo. ¿Será este un triste presagio de que la historia se repetirá..?
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